Hermanos y hermanas de la Parroquia de La Sagrada Familia, Llegamos al final del año 2016, un año marcado por el Jubileo de la Misericordia convocado por el Papa Francisco, ante un mundo en el que prevalece la violencia, la inseguridad, la corrupción y la "cultura del descarte". Ante este panorama es importante tomar conciencia de que todos los seres humanos hemos sido creados a "Imagen y semejanza de Dios", base y fundamento de nuestra dignidad humana, y que por eso, estamos llamados a ser solidarios y a ser "una fuerza de bien para la comunidad".

Este es un buen momento para dar gracias a Dios por los logros alcanzados, pero también para pedir perdón por las negligencias y omisiones. Tiempo, como decía san Juan Pablo II, para "recordar con gratitud el pasado, vivir con pasión el presente y abrirnos con confianza al futuro" (cf. NMI 1). Tiempo para seguir cultivando con vehemencia las virtudes de la disponibilidad y la comunión.

Disponibilidad para reconocer y avanzar por los caminos que nos vaya mostrando el Espíritu Santo, en todos los ámbitos de la vida eclesial y social. Disponibilidad para ser portadores experienciales de unidad y comunión, testigos del amor y la misericordia de Dios. La Misión Parroquial ha constituido una experiencia de encuentro entre todas las expresiones de la espiritualidad laical al servicio de la Nueva Evangelización; una experiencia de encuentro con diversas realidades existentes en la parroquia y un esfuerzo real y sincero por transitar los caminos de la espiritualidad de comunión.

Que el nacimiento de Jesús, nuestro Salvador, llene de abundantes bendiciones, de paz y armonía a todas las familias para que desde ellas, se vaya construyendo un rostro nuevo de nuestro ambiente social.

A todos y a todas...